FORTUNA
Arrancar las raíces no fue la derrota de los árboles.
Tejieron redes de escarcha y de barro,
y sus ramas fueron el origen de los años venideros.
Vemos oscurecer todas las nubes
al dormirnos sobre la tierra álgida
e ignoramos el enjambre que duerme
debajo de nuestros cuerpos vencidos.
Escribimos la lluvia, juntos,
escribimos el roce y la tormenta.
Incendiamos la luna en su mitad privada
y nos mojamos en la luz del mediodía.
Tu mano amarrada a mi mano
es como el mundo
de la noche sublime de noviembre.
Mañanas de invierno esperan libres
al prometido atardecer
de nuestro tiempo.
Andrea Aguirre
“El mapa de la existencia”
Ed. Tigres de papel